El postre mágico de solo dos ingredientes que arrasa en internet: ¡así se hace la isla flotante!
Tan sencillo que cuesta creerlo: huevos, azúcar y un molde. El vídeo ya es viral y tú puedes prepararlo en casa.
Cuando uno piensa en postres espectaculares, lo último que se espera es una receta con solo dos ingredientes. Pero sí, existe. Se llama “Isla flotante” o “Pastel de caramelo”, y su textura es tan ligera y suave que parece obra de un repostero profesional. Y lo mejor: no lo es. Lo puede hacer cualquiera en casa, sin batidoras eléctricas, sin harina, sin complicaciones. Solo hace falta un poco de paciencia y seguir bien los pasos del vídeo que ya está arrasando en redes:
Este tipo de recetas virales tienen algo especial. Nos devuelven el gusto por la cocina sencilla, la de toda la vida, sin florituras, pero con resultados que sorprenden. La “Isla flotante” no es nueva, aunque ahora se le haya dado una vuelta más “minimalista”. Originalmente francesa, esta versión solo necesita huevos y azúcar para convertirse en una especie de flan etéreo, sin crema ni leche. ¿Milagro? No. Solo química culinaria y un poco de horno.
Yo la probé una tarde de domingo con mi sobrina, que tiene 9 años, y fue todo un espectáculo. Lo más divertido fue desmoldarla y ver cómo la capa de caramelo caía lentamente, envolviendo ese bizcochito blando y tembloroso como una nube. En casa le hemos bautizado como “el flan nube”. Desde entonces, es uno de nuestros básicos cuando queremos algo dulce sin complicarnos la vida.
Ingredientes (para 4-6 personas)
- 6 huevos
- 6 cucharadas de azúcar
Opcional (pero muy recomendable):
- 2 cucharadas de agua (para ayudar a hacer el caramelo más fluido)
- Unas gotas de esencia de vainilla o ralladura de naranja (para aromatizar)
Cómo se hace la isla flotante (paso a paso)
1. Preparar el caramelo
Pon 4 cucharadas de azúcar en un cazo a fuego medio, sin remover. Cuando empiece a dorarse, puedes añadir un par de cucharadas de agua para que se mezcle mejor. Deja que tome un bonito color ámbar, pero cuidado: si se pasa, amarga. Vierte inmediatamente en el fondo de un molde alargado (tipo plum cake o flanera) y deja enfriar.
2. Separar las claras de las yemas
Coloca las claras en un bol grande y resérvalas. No tires las yemas: puedes usarlas para hacer natillas, una crema pastelera o incluso una tortilla francesa.
3. Montar las claras a punto de nieve
Bate las claras con varillas (a mano o con batidora) hasta que formen picos firmes. Añade poco a poco las 2 cucharadas de azúcar restantes mientras sigues batiendo. Si lo deseas, también puedes añadir unas gotas de esencia de vainilla o un poco de ralladura de naranja para dar sabor.
4. Verter las claras montadas en el molde
Cuando el caramelo esté completamente frío y endurecido, vierte las claras montadas en el molde, alisando la superficie con una espátula.
5. Cocer al baño maría
Precalienta el horno a 160 °C. Coloca el molde dentro de una bandeja profunda con agua caliente (baño maría). Hornea durante unos 35-40 minutos. Sabrás que está listo cuando al pinchar con un palillo salga limpio.
6. Dejar enfriar y desmoldar
Saca del horno, deja enfriar a temperatura ambiente y luego mete en la nevera al menos 2 horas. Para desmoldar, pasa un cuchillo por los bordes y gira con cuidado sobre una fuente. El caramelo caerá sobre la “nube” y la cubrirá como un velo brillante.
Algunas ideas para personalizarlo
- Con fruta fresca: acompaña con frambuesas, fresas o mango en trocitos.
- Con nata montada: para una versión más golosa, sirve con una cucharada de nata fría.
- Con frutos secos: añade almendras laminadas o nueces troceadas por encima.
- Versión café: añade una cucharadita de café soluble a las claras montadas.
Lo maravilloso de esta receta es que, partiendo de algo tan básico, puedes adaptarla según tus gustos, la ocasión o lo que tengas en la despensa. Y siempre queda bien.
El secreto del éxito: paciencia y horno suave
Uno de los trucos clave está en el horneado: debe ser lento y a baja temperatura. Si el horno está muy fuerte, las claras se secarán y perderán esa textura de nube que buscamos. Y no te preocupes si al desmoldar se baja un poco: es normal. Lo importante es que conserve su aire y esa forma temblorosa tan característica.
Otro punto importante: el caramelo. Si no se hace bien, puede amargar o quedarse demasiado espeso. Si no tienes mucha práctica, puedes usar caramelo líquido comprado, aunque el resultado no será tan brillante ni tan sabroso. Pero si te lanzas a hacerlo casero, te aseguro que merece la pena.
Un postre que siempre sorprende
La “Isla flotante” o “Pastel de caramelo” es de esos postres que no se olvidan. Porque combina lo mejor de la cocina de aprovechamiento (huevos y azúcar hay siempre en casa) con una presentación espectacular. Y no necesitas moldes raros ni utensilios caros: lo puedes hacer hasta en un recipiente de vidrio.
Lo recomiendo especialmente para cenas con invitados. Es ligero, entra muy bien después de una comida copiosa y tiene ese efecto “wow” cuando lo pones en la mesa. Además, puedes prepararlo el día antes y dejarlo listo en la nevera, lo que siempre es un plus.
¿Te animas a prepararlo?
Si tienes huevos, azúcar y un molde en casa, ya tienes medio postre hecho. El resto es cariño, paciencia y seguir los pasos del vídeo que te he dejado arriba. Te aseguro que cuando lo pruebes, no volverás a mirar los postres industriales de la misma forma.
Y si te gusta experimentar, puedes empezar a hacer tus propias versiones: con coco, con cacao, con esencia de almendra… Pero siempre sobre esa base mágica de solo dos ingredientes.
¿Lo mejor? Que es tan fácil que no da pereza hacerlo. Y eso, en estos tiempos, ya es mucho decir.
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