El pastel de salmón y espinacas más fácil del mundo (¡y sin horno!)
Si estás buscando una receta resultona, fresquita, ideal para cenas especiales o comidas de celebración... acabas de dar con una joya. Este pastel de salmón y espinacas no solo es muy fácil de hacer, sino que además no necesitas encender el horno. En solo 30 minutos lo tendrás listo para sorprender a todos.
Ingredientes
Para un molde rectangular de unos 20 cm:
- 200 g de salmón ahumado en lonchas
- 6 rebanadas de pan de molde sin corteza
- 300 g de espinacas frescas
- 100 g de queso crema (tipo Philadelphia)
- 2 cucharadas de mayonesa
- 1 diente de ajo
- Sal y pimienta al gusto
- Un chorrito de aceite de oliva
Cómo se hace el pastel de salmón y espinacas
1. Cocina las espinacas
En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, sofríe el ajo picado. Añade las espinacas y saltéalas hasta que estén tiernas. Sazona con sal y pimienta. Apaga el fuego y deja que enfríen un poco.
2. Mezcla el relleno
Cuando las espinacas estén templadas, mézclalas en un bol con el queso crema y la mayonesa. Debe quedarte una crema suave y untuosa. Si quieres, puedes triturarla un poco con batidora, aunque no es imprescindible.
3. Prepara el molde
Forra el interior del molde con film transparente, dejando que sobre por los bordes (luego lo usarás para cerrar el pastel). Cubre el fondo y las paredes con las lonchas de salmón ahumado, solapándolas un poco.
4. Monta el pastel
Coloca una capa de pan de molde (puedes recortarlo para que encaje bien), luego una capa de la mezcla de espinacas, y así sucesivamente. Termina con pan para que sea la base al darle la vuelta.
5. Refrigera
Cubre con el film sobrante y presiona ligeramente. Lleva a la nevera al menos 2 horas (mejor de un día para otro) para que tome cuerpo y se asienten los sabores.
6. Sirve y disfruta
Desmolda con cuidado, dale la vuelta sobre una bandeja y retira el film. Puedes decorar con cebollino, eneldo o unas huevas de salmón si quieres darle un toque festivo.
Consejos y variaciones
- Si no tienes pan de molde sin corteza, simplemente quítasela tú con un cuchillo.
- Puedes sustituir el queso crema por ricotta o requesón si buscas una versión más ligera.
- Si no eres muy fan de las espinacas, prueba con rúcula o canónigos salteados.
- Para una versión más navideña, añade un toque de eneldo o mostaza antigua al relleno.
Por qué este pastel lo tiene todo
Lo bueno de este pastel es que no falla nunca. Da igual si lo haces por primera vez o si tienes invitados exigentes: el resultado es sabroso, elegante y súper fácil. Además, como se prepara con antelación, es perfecto para organizarte en la cocina y olvidarte del estrés.
¿Te animas a prepararlo este fin de semana? 😉
Con ingredientes sencillos y un poco de mimo, te aseguro que este pastel se convertirá en uno de tus favoritos.
¿Quieres que te prepare una versión navideña, veraniega o con mariscos? Dímelo, Miguelito está listo. 😄
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